La Regia era la sede del Colegio de pontífices. Se encontraba en el Foro Romano, orientada al norte. Era un templo antiguo donde estaban instalados los altares y relicarios de algunos dioses romanos tradicionales, dioses que no tenían rostro, ni sexo ni mitología, como Opiconsivia (Ops) y Vesta, considerados como fuerzas espirituales, conocidos como numen. En este edificio tenía el pontífice máximo su despacho y los archivos. Era lugar de trabajo pero no vivienda. Otro concepto es la Regia Marina que envuelve a toda la armada de Italia durante el periodo de la segunda guerra mundial. Regia es un adjetivo calificativo (género: femenino) que describe algo sublime. Es también apócope de Regiomontana, gentilicio, siempre de género femenino, de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México.
Historia
El edificio que conocieron en la República databa de la época de la Monarquía. Era la casa del rey, que era el jefe de la religión y sacerdote de Jano y que estaba situada cerca del templo de Vesta, para poderle velar y cuidar. La tradición contaba que el segundo rey Numa Pompilio fue el primero que habitó allí.
En la época de la Monarquía ya se conservaban en este edificio los documentos religiosos y jurídicos, los llamados libri pontificum y leges regiae.
La Regia fue hasta el final de la República el lugar de culto a los dioses patrios romanos. Después pasó al Palatino que se convirtió en el centro de culto de estos dioses para que estuvieran cerca del palacio de Augusto y su familia. En este edificio o santuario se conservaba en una de sus dependencias o sacraria las lanzas sagradas del dios romano Marte, llamadas hastae Martiae, por las que los romanos sentían gran veneración. Estas lanzas eran denominadas por el pueblo con el nombre del dios, es decir, Marte. Se solía premiar a los soldados más valientes y esforzados con una lanza semejante a la del dios. Se decía que las lanzas de la Regia se agitaban misteriosamente en momentos críticos para profetizar.
Dentro de la Regia estaba el sacrarium Martis, que algunos creen que era como un pequeño templo dentro del edificio, dedicado exclusivamente a Marte. Otros historiadores piensan que era un lugar recogido donde se depositaban los objetos sagrados relativos a la guerra. Cuando se declaraba una guerra, el general acudía al sacrarium para agitar la lanza, al mismo tiempo que dirigía al dios estas palabras: Mars, vigila!
Otro lugar o capilla secreta dentro de la Regia era la de la diosa Ops a la que el propio rey sabino Tito Tacio dedicó un altar. La capilla era altamente secreta y sólo podían entrar en ella las vestales y el sacerdote público.
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